El consumo de drogas se mide en aguas residuales


En el congreso anual de la American Chemical Society se reportó hace unos días cómo se pueden medir los hábitos de consumo de drogas recreativas por parte de una comunidad a través de análisis de las aguas residuales.Estimar el nivel de consumo de drogas es muy difícil. Los epidemiólogos realizan encuestas personales y analizan los ingresos en las urgencias hospitalarias en busca de casos provocados por el consumo de drogas. Pero el consumo de drogas recreativas es, en general, ilegal y está mal visto por la sociedad. La gente por tanto tiende a mentir cuando se le pregunta por estás cuestiones. Además los programas de control de drogas tienden a medir principalmente el uso de drogas duras y peligrosas como la heroína o cocaína, dejando a las demás por medir.Pero en los últimos tiempos se han desarrollado nuevas técnicas de evaluación que no precisan de encuesta. Al parecer sólo es necesario el análisis minucioso de las aguas residuales de una ciudad para saber todas las drogas que consumen sus habitantes y en qué cantidad. El pionero de este tipo de análisis es el toxicólogo Roberto Fanelli del Instituto Mario Negri de Milán, que analizó con éxito las aguas del valle del río Po. Cuando se consume una droga ésta es metabolizada dentro del organismo creándose subproductos que son susceptibles de ser analizados. Por ejemplo, cuando se consume cocaína se produce benzoilecgonina. De manera similar se producen subproductos derivados de la metabolización de la marihuana, heroína y otras sustancias psicoactivas. Cuando los consumidores orinan se deshacen de estas sustancias que van a parar al sistema de alcantarillado una vez tiran de la cadena. Analizando las aguas residuales se puede saber por tanto el consumo de drogas de la población.Lo malo de este tipo de análisis es que en general son bastante caros y lentos. Ahora Jennifer Field de Oregon State University y sus colaboradores han mejorado el sistema de análisis de tal manera que pueden hacer mediciones en tiempo real.Este equipo usa como paso previo el centrifugado de las aguas residuales para separar los sólidos que haya en suspensión. El líquido obtenido puede ser entonces enviado a un sistema de cromatografía de líquidos para aislar las sustancias de interés que se desea analizar. Después estas sustancias se envían a espectómetro de masas que confirma la autentificación química. Esta nueva técnica es mucho más rápida que las anteriores.Este grupo afirma haber analizado las aguas de 10 ciudades de los EEUU encontrando el uso de 14 fármacos y drogas ilícitas como heroína, cocaína, anfetaminas, etc. Las ciudades analizadas tenían unas poblaciones comprendidas entre 17.000 y 600.000 habitantes, pero el grupo de científicos no ha revelado sus nombres.Cuando analizaron las aguas de una ciudad durante un mes pudieron comprobar que el uso de drogas recreativas como la cocaína se disparaba los fines de semana, mientras que el consumo de otras drogas como la metaanfetamina permanecía estable en el tiempo.Lo interesante de este nuevo sistema de identificación rápida de drogas es que utiliza equipos comerciales disponibles en el mercado y puede ser adoptado por los laboratorios rápidamente.El grupo de investigadores quiere ahora rastrear la presencia de otros subproductos más comunes como cafeína y nicotina. Incluso pretenden medir el movimiento de grupos de población como estudiantes o trabajadores.Ya sólo falta el negocio de laboratorios que analicen las aguas residuales provenientes de las casas de padres preocupados por sus hijos, que junto al análisis de cabellos, de tranquilidad (o no) al que lo pueda pagar.
Referencia:
Nota de prensa de Oregon State University.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Comprendo que no publiquen el nombre de esos 17.000 ó 600.000, pero me asombra tanta precisión. Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad.

Anónimo dijo...

No se da el nombre de las ciudades, de los individuos es imposible

Anónimo dijo...

También los políticos se ponen “ciegos” en el parlamento. Os cuento:
Hay varios estudios de periodistas que entraban a los servicios de varios parlamentos y…¡oh! restos de cocaina por doquier.
En Andalucía (y supongo que en el resto del estado) la ley de alcohol prohibía tener bebidas alcoholicas en los centros de trabajo. Se formó un pollo en el parlamento porque sus señorias querían beber como siempre.
Así que haciendo de la imaginación al poder… agarráos… se asieron a que el parlamento no es un centro de trabajo sino una institución, con lo cual a “cocerse” a wiskis otra vez y santas pascuas.
Por tanto, cuando veáis el parlamento pensad en cuantos estan “ciegos” de alcohol, cuantos estan cocainómanos perdidos y qué tipos de leyes o actuaciones hacen.
Pero bueno, eso de controlar por el alcantarillado las drogas, no sé bien para qué puede servir más que para constatar lo que ya sabemos: que la gente se pone ciega los fines de semana y por la semana van tirando.
En un país como EE.UU supongo que la hipocresía hará que pongan un detector que saque a la policía cuando suba de un nivel (saldrán a los barrios bajos, a los de clase alta digamos que hará la vista gorda).

Un saludo.

Anónimo dijo...

No hace mucho salió la noticia de que Miranda de Ebro era una ciudad donde se consumía una cantidad inmensa de cocaina respecto al número de habitantes midiendo los residuos en las aguas residuales (valga la redundancia).
No se cuánta coca consumirán realmente pero, ¿tuvieron en cuenta que Vitoria descarga sus aguas por esa zona?, es que pasaríamos a multiplicar el número de habitantes por 6.

Anónimo dijo...

Sería sufiente con tomar muestras antes y después de que el río pase por la ciudad o tomar muestras directamente del colector principal del alcantarillado.